Todas las mañanas camino durante una hora por el Paseo Marítimo de mi ciudad, muy tempranito, y tengo la suerte de ver salir, de su enorme bañera particular, al Sol. Me supongo que debe calentar el agua bastante porque se le ve todo coloradito, como un bebé, limpio y reluciente. A veces parece que no se ha quitado bien el jabón porque sale envuelto en jirones blancos de espuma, o tal vez sea que tiene frio y se deja puesto el albornoz, no lo sé con seguridad.
A veces me siento en el borde de su gran bañera y le observo descaradamente, pero El no se inmuta, sigue su camino hasta colocarse muy arriba y entonces noto su calor, su energía, noto como sus dedos me acarician y me hace sentir bien, llena de vida.
El, a lo mejor no se da cuenta, pero para mi es muy importante verle cada mañana y me quedo allí, observando el agua donde se ha bañado y que a veces parece enfadada, supongo que porque no le gusta que su bañista preferido la deje plantada.
Cada mañana voy, como una quinceañera, a mi cita con El y sabéis lo mejor, que sé que nunca me falla, siempre me está esperando.
4 comentarios:
Que bonito Isus, me ha encantado como lo cuentas... ese amanecer tiene que ser una maravilla... seguro que el sabe que estás ahí...
Un beso cariño espero que estés bien
Gracias guapa, siempre eres la primera en hacerme un comentario y si, es una maravilla poder disfrutar de ese amanecer a diario.
Un besote.
Jo Susi, no se de donde sacas el tiempo para escribir asi, que bonito. Sabes si ademas compartes ese amanecer diario... es la bomba. Pasate por mi blog cuando tengas tiempo que tienes un MIMO. Un beso
La verdad es que dá ganas de bañarte,es precioso.
Me encantaria que te pasases por mi blog a recoger un premio.
Un besito Carmen
Publicar un comentario